UNA PIZCA DE "ESTO"
La Historia, o las historias, no pueden entenderse sin tener una visión completa de cada una de las partes que componen su relato. De las personas que forman parte de ellas, de cuándo ocurren los hechos o en qué momento cambian o se deciden cambiar; del lugar, o del motivo que impulsan a tranformarse.
Nuestra historia, o nuestra voluntad actual en este caso, viene determinada por algo tan elemental y trascendental como es la familia. Y por un propósito tan sencillo como es mantener un legado, tratando de amoldarlo a los tiempos y las circunstancias del hoy.
La finca tiene su historia, y las personas que trabajamos en ella nuestras aspiraciones y motivaciones personales. Sin embargo, el fin último es lograr que todo aquel que la visite, se aloje y celebre, la sienta un poco suya. Pues pese a que parezcan efímeros, confiamos en que esos momentos únicos, por breves que sean, tengan el poder de dar sentido a la rutina y puedan quedarse en la memoria como un recuerdo valioso.
Así que, una vez llegados aquí, vamos a hacer un breve resumen del ¿cuándo?, ¿dónde?, ¿por qué?, ¿cómo? y ¿quién? de nuestro proyecto.
Cuándo
"Ser fiel a las raíces" puede tomarse como una filosofía de vida retórica pero también puede servir como mantra para inspirar, trabajar, apostar y luchar por un sueño que se está despertando.
Y es que, en 2021, se planteó la posibilidad de rehabilitar una antigua finca familiar de más de 50 años para convertirla en alojamiento rural. No mucho tiempo después, esta idea inicial se transformó en un proyecto más grande con el que se pretendía además, ofrecer la posibilidad de celebrar eventos; proporcionando así un servicio que en aquel momento no existía como tal en los municipios proximos a la finca.






Dónde
Dábamos por hecho que tener la naturaleza cerca era lo normal. Con el tiempo, o la edad, hemos descubierto que es un privilegio escondido en la rutina al que no le concedíamos mucho valor. Pero, ¿cómo no va a valer nada estar rodeado de aire limpio, lejos del ruido o la contaminación que no te deja ver las estrellas? Lo que había aquí, teníamos que aprovecharlo. Aunque más que aprovecharlo, era sacarle partido. Aquí podíamos conectar con la vida, aquí podíamos desconectar de todo. O por lo menos, evadirnos durante un tiempo de la presión que supone trabajar por el día a día.






Por qué
¿Y por qué no? Este proyecto nace de un deseo profundo por recuperar algo que ya estaba ahí, esperando su momento. Dar un paso tan grande fue un acto de coraje, pero también de fe y de ilusión.
Siempre hay un poco de miedo, como todo lo que suponga salir de la zona de confort. Pero tratamos de no tomárnoslo como un obstáculo si no como un reto. Es algo que nos genera respeto y por eso mismo nos motiva a mejorar, a prestar atención a los detalles, a prepararnos, a enfocarnos y a dar lo mejor de nosotros.
Recuperar este lugar no solo ha sido restaurar muebles o caminos, sino una apuesta a encontrar un trabajo haciendo algo auténtico. Además de darle sentido a un pedazo de tierra, también perseguimos conseguirlo con nuestra propia vida a través de un propósito que nos llena.
Y si logramos que quienes nos visiten sientan un poco de esa magia, entonces habrá valido cada esfuerzo.






Cómo
Con altibajos, de como está hecha la vida. Pero siendo una piña. Todo esto ha sido posible gracias a la ayuda de profesionales (arquitecta, pintores, fontaneros, albañiles, electricistas) pero sobre todo de la familia. Cada uno ha aportado sus manos cuando han hecho falta, su apoyo en unos momentos y sus discrepancias en otros, las ideas y el impulso económico que hemos necesitado. A todos, siempre les estaremos eternamente agradecidos.
Sin embargo, el cómo de todo y por el que sin duda no estaríamos aquí, el arjé de nuestro proyecto, tiene su origen en los que ya no están. Ellos fueron los que nos dejaron las primeras piedras con las que empezar a contruir este camino.
La Finca y Casa Las Flores, son un reflejo de algo esencial: pocas cosas se consiguen en soledad. Avanzamos gracias a la ayuda de quienes caminan a nuestro lado y por encima de nosotros. Y es que cada aporte, por pequeño que parezca, es fundamental para hacerlo realidad. En este lugar que nos vio dar muchos de nuestros primeros pasos ponemos las ganas y el deseo de poder seguir creciendo.






Quién
Somos todo el equipo de antes y en otras ocasiones solo dos. Aunque tratamos de poder con todo. Y... es que -estamos enamoradas de El Espilo y de Casa Las Flores, o del cortijo, como los seguimos llamando y como los conocemos de siempre. No os imaginais a qué nivel. Porque si lo hiciérais, sabríais que en toda esta página no hemos exagerado en ningún momento ningún sentimiento. Cuesta... tener que montar o limpiar, pero la paz que da el trabajo hecho, los nervios al imaginarnos lo que puede llegar a gustar este sitio cuando alguien lo ve por primera vez, y la satisfacción de vivirlo después, en persona, tras un evento; las pedazo de puestas de sol que nos regala el cielo muchas veces... es que no se pueden comparar con casi nada-
y son esas pequeñas cosas las que nos impulsan a intentar volar alto...






Como dijo Aristóteles: "la familia es la primera escuela de la virtud". El primer espejo en el que nos vemos reflejados, el lugar desde el que crecen nuestras primeras raíces. Cada paso que damos y cada desafío que enfrentamos, está marcado por el apoyo de aquellos que nos han enseñado que el sentido de la vida está en el compartir, en la ayuda al otro, en el crecimiento conjunto. Por eso, por vosotros, y por vosotros también, es por lo que hacemos todo "esto"...
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